viernes, 8 de octubre de 2010

Por el derecho a la participación, organización y movilización de los estudiantes.


La normativa educativa vigente así como la existencia de una estructura autoritaria y jerárquica al interior de los establecimientos educativos, se han convertido en grandes obstáculos para el ejercicio de la participación, la organización y la movilización de los estudiantes. Prohibición de los centros de estudiantes y asambleas al interior de establecimientos, imposición de las formas de organización, expulsiones arbitrarias, ausencia del derecho a voz y voto, etc., constituyen ejemplos de cómo se ha buscado frenar y eliminar todo tipo de organización y movilización que pueda poner en peligro los intereses mezquinos de quienes lucran con la educación.

En el caso de la educación secundaria, la única instancia reconocida para la organización estudiantil es el Centro de Alumnos. Estos, si bien cuentan con la garantía constitucional de no poder ser prohibidos ni intervenida la elección de sus cargos desde la dirección del establecimiento, representan una instancia absolutamente limitada. En primer lugar porque su forma organizativa, sus funciones y la forma de elegir sus cargos están impuestas desde el Ministerio de Educación y deben adecuarse a los reglamentos internos vigentes, los que obviamente favorecen a la dirección del establecimiento. Y en segundo lugar, porque no da cuenta de las otras formas organizativas existentes, como las asambleas o los consejos de delegados, las que suelen no ser reconocidas. Junto a esta instancia limitada de participación y organización, existen los Consejos Escolares. El consejo escolar pretende mostrarse como una instancia participativa y representativa de la comunidad escolar en donde todos los estamentos pueden influir en la toma de decisiones, sin embargo, esto es falso en la medida en la forma y alcances de dicha participación está impuesta desde las autoridades. Son ellos los que determinan el número de miembros del Consejo, las elecciones de estos, las cosas sobres las que serán consultados y aquellas sobre las que pueden tener derecho a voto, siendo en lo esencial una instancia de participación simbólica y consultiva, no así resolutiva.

En la educación superior la participación y organización es aún más limitada. La LOCE establece claramente para el caso de las instituciones de educación superior que “la forma de gobierno de la nueva entidad deberá excluir la participación con derecho a voto de los alumnos y de los funcionarios administrativos, tanto en los órganos encargados de la gestión y dirección de ella, como en la elección de las autoridades unipersonales o colegiadas”. A lo que se suma la autonomía universitaria que le permite a los establecimientos dictar reglamentos internos que incluso prohíben la creación de centros de alumnos y la realización de asambleas. Un caso aparte es la Universidad de Chile, que cuenta con un órgano tristestamental como lo es el Senado Universitario, el que para mucho es un ejemplo de lo que se debería lograr en materia participativa. Sin embargo, el carácter de esta instancia deja mucho que desear siendo básicamente consultivo.

Junto a esta limitación institucional-educativa nos encontramos con una de carácter represivo-política. Desde hace varios años el movimiento estudiantil ha sufrido una represión y persecución constante por parte del Estado chileno (el gobierno, los aparatos policiales - Carabineros e Investigaciones- y de Inteligencia) con el fin de desmovilizar y desarticular los esfuerzos organizativos que los estudiantes hemos venido desarrollando para llevar adelante una lucha por una educación digna e igualitaria para nuestro pueblo.

La violencia estatal se ha manifestado en una represión sistematizada hacia las marchas estudiantiles (incluso antes de que estas se inicien); en la militarización del centro de Santiago; en el uso intensivo del carro lanzaguas, el zorrillo y de los golpes propinados por Fuerzas Especiales tanto en las calles como dentro de las Comisarías; en el secuestro de dirigentes estudiantiles; en los abusos sexuales y vejaciones hacia nuestras compañeras y compañeros; en la tortura psicológica basada en amenazas contantes a la integridad física, moral y familiar de los detenidos, entre otros; en la infiltración de agentes policiales encubiertos en las marchas; en el ingreso sin autorización ni justificación a las universidades para reprimir manifestaciones estudiantiles; en la infiltración de policías de civil y de agentes de los organismos de Inteligencia en las universidades; en los intentos de ingreso de Carabineros a Universidades para impedir la realización de asambleas estudiantiles o actividades sociales; en la manipulación mediática que pretende igualar a los estudiantes que luchan con delincuentes; etc. En definitiva, los estudiantes ya no podemos marchar ni reunirnos tranquilamente sin que seamos golpeados, perseguidos o amenazados.

Frente a esta situación de autoritarismo, violencia y abusos lo exigimos siguiente, como pasos para avanzar hacia una participación efectiva y real, con la meta del co-gobierno:

- Reconocimiento y respeto a la organicidad que se den los estudiantes, ya sea centro de estudiantes, asamblea, consejo de delegados, etc.

- Consejos Escolares Resolutivos con un peso mínimo del 25% por parte de los estudiantes, contando estos con derecho a voz y voto

- Derogación del artículo 45 letra e de la LOCE, que impide la participación de los estudiantes en la educación superior. Derecho a voz y a voto en los consejos superiores universitarios, con un peso mínimo del 25%

- Derogación de todo reglamento que impida la existencia de centros de estudiantes u organizaciones estudiantiles o que imponga la forma en que los estudiantes debemos organizarnos y manifestarnos.

- Del mismo modo, exigimos a las autoridades de las distintas instituciones educativas (Universidades, Institutos Profesionales, CFT’s, escuelas, liceos e internados) el fin de las políticas represivas y autoritarias hacia el estudiantado: fin a la persecución a los dirigentes estudiantiles, fin a las expulsiones por organizarnos y movilizarnos.

- Basta de represión policial a las marchas estudiantiles. Que se nos permita ejercer nuestro derecho a manifestarnos y a marchar por donde nosotros lo decidamos

- No más detenciones arbitrarias en las marchas y en los alrededores de estas

- No más policías de civil en las manifestaciones

- Exigimos un trato digno a los detenidos en las marchas. Basta de golpizas, abusos y malos tratos a los detenidos

- No más policías de civil y agentes de inteligencia al interior de las Universidades

- Basta de hostigamiento a la organización estudiantil. No mas intentos de ingreso o presencia en los alrededores de los lugares en donde realizamos nuestras asambleas por parte de las fuerzas policiales

- No más ingreso injustificado de Fuerzas Especiales a las universidades

martes, 5 de octubre de 2010

Situación Actual Movimiento Estudiantil Universidad de Santiago.

La movilización estudiantil del año 2008 fue la última gran movilización en que la Universidad de Santiago de Chile (USACH) se hizo partícipe en su totalidad, en ese entonces en busca de la derogación de la Ley General de Educación (LGE), que el Gobierno de la Concertación, en conjunto con la Izquierda reformista, la Derecha y el Empresariado, conformaron en renovación de la antigua y dictatorial Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), y que despertó un alzamiento extraordinario de parte de los Estudiantes Secundarios.

En estas movilizaciones así como otras anteriores, particularmente del 2000 en adelante en torno al financiamiento universitario estatal, el movimiento estudiantil al interior de la USACH ha estado comandado por la Federación de Estudiantes (FEUSACH). Invariablemente esta organización ha estado orgánicamente ligada a Partidos de la Concertación y el Partido Comunista (Juventudes Comunistas, Juventudes Socialistas, etc), cuadros políticos que a la vez están conectados con varias Direcciones de Escuela, Decanatos y Rectoría. Muchas otras organizaciones circulan y operan al interior de la universidad, entre ellas las llamadas despectivamente “ultra” por la izquierda tradicional, para nosotros Izquierda Revolucionaria, (FEL, REO, etc, y otras más esporádicas y coyunturales), sin embargo –lamentablemente- éstas no han logrado obtener el nivel de hegemonía de que goza la FEUSACH, porque la orgánica institucional oficial se autoconfirma, y también, siendo justos, porque no han logrado alcanzar un grado de articulación significativo entre sí, ni un atractivo y promoción importante dentro del espacio estudiantil.

La actual FEUSACH, “Avanza USACH”, tuvo que ser escogida el año 2009 sin el quórum necesario y hoy, luego de las vergonzosas actuaciones “partidarias” en relación con la lucha estudiantil por la Educación, desde la CONFECH, y luego por la lucha del Pueblo Mapuche, por medio del “ayuno solidario”, la FEUSACH es un espacio que se encuentra fuertemente desprestigiado en y por el estudiantado de la USACH, llegando a su punto crítico en uno de los últimos “ampliados estudiantiles”, en que irrumpieron estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), por esos días masivamente paralizada, y su Directiva fue duramente criticada por los estudiantes de la UAH, tanto como por los de la USACH, por no tomar una determinación e independencia estudiantil con respecto a la problemática que aqueja al Pueblo Mapuche.

Pero lamentablemente este desprestigio no lo padece solamente la FEUSACH: la organización estudiantil en general se encuentra muy debilitada, las asambleas de Escuela o de Carrera (que por lo general sí se realizan) cuentan con muy poca participación en relación con la totalidad de su población, y el panorama se concentra en la convocatoria desde alguna instancia más o menos legitimada, como el Ampliado Estudiantil de la FEUSACH, o los Bloques de Facultades, donde llegan los mismos y las mismas de siempre.

Pareciera que el estudiantado está harto de que “no se consiga nada real” en las movilizaciones, y siente que lo que se sacrifica en el proceso no se compensa con lo ganado al finalizar. Asimismo, pareciera que el estudiantado está esperando que “alguien” le traiga esa ganancia, como venido desde arriba, envuelta en un paquetito de regalo.

No obstante, siendo honestos y realistas, el panorama de los últimos 5 años en el movimiento estudiantil en general, y de la USACH en particular, es que efectivamente se ha conseguido poco o nada producto de la movilización, lo que explica en parte los discursos de “para qué movilizarse si no se consigue nada”, “las cosas no van a cambiar”, “es que los estudiantes no tenemos poder”, “no quiero salir en Enero”, frases que se expanden como pestes.

En específico en torno al conflicto entre el Estado de Chile y el Pueblo Mapuche, como es la tónica, el estudiantado se presenta reacio a paralizar sus actividades académicas para poder activar una movilización, y la FEUSACH está a la espera de la orden desde los altos mandos. En concreto, desde el Ampliado Estudiantil (espacio oficial) sólo se ha adherido a algunas convocatorias de Paro Nacional, que por lo demás son votadas por pocas carreras (Periodismo e Historia están en paro indefinido), y acompañadas y respetadas también por un número insignificante de escuelas. Por este año, no se ve cercana la posibilidad de activarse una organización estudiantil importante, ni que la USACH como conjunto se vote a paro indefinido, más allá de quienes de forma independiente asisten a las marchas mapuche de los días Miércoles y otras, y quienes aportan con difusión en nuestras paredes, para que no nos olvidemos de que los Pueblos sufren.

Hoy realizamos la crítica de que el movimiento estudiantil de la USACH se haya fuertemente burocratizado y cooptado por intereses de Partidos Políticos, lo cual adormece e inhibe la iniciativa y determinación de las organizaciones estudiantiles independientes. En pocas palabras, hoy en la USACH no existe propiamente un movimiento estudiantil, pero alentamos y reconocemos a los porfiados y las porfiadas que aún día a día intentan levantar organización.

Creemos al respecto, que el potencial transformador y revolucionario de las políticas de partidos, al estar insertas en un campo institucionalizado y legitimado por los mismos que detentan el poder (la Derecha y el Empresariado), son forzosamente cooptadas e influidas por la tendencia de éstas últimas, como núcleo hegemónico, y cualquier iniciativa disidente tenderá hacia la derechización. Las políticas provenientes de la organización social y estudiantil independiente de partidos, en cambio, tienen el potencial de plantearse frente al poder empresarial como antagónico y contrapuesto, por mucho que su subversión parezca muy lejana por el momento.

En respuesta a esta carencia de autonomía del movimiento estudiantil es que se ha impulsado desde el Segundo Semestre del presente año, la Asamblea General USACH, como espacio alternativo a la FEUSACH, de discusión y acción directamente desde las bases, y que no pretende erigirse como una coordinadora de organizaciones, ni operar a nivel de las dirigencias estudiantiles, ni como un espacio oficial apto para la negociación con las autoridades ni la toma de decisiones en el plano de la representatividad del estudiantado. De todas formas, diciendo lo cierto, esta instancia tampoco cuenta con la convocatoria, la participación activa ni el reconocimiento desde los y las estudiantes de la USACH que se espera, es integrada activamente por alrededor de 40 estudiantes, y ha llevado acabo actividades como foros informativos, marchas internas, y últimamente el pintado del suelo y la fachada externa del Frontis USACH, con música e información alusiva a la lucha del Pueblo Mapuche, y con la asistencia de unos 100 estudiantes (150 personas, contando también con la presencia de los pacos, que sin invitación formaron parte de la actividad).

CONVERGENCIA ESTUDIANTIL

USACH